Queridos lectores: En el camino de la vida, nos encontramos con momentos de introspección y reflexión que nos invitan a detenernos, observar nuestro entorno y mirar hacia adentro. Hoy quiero compartir con ustedes algunas reflexiones personales que han marcado mi camino y que espero inspiren y resuenen con ustedes también. Aceptación del Cambio: -La única constante en la vida es el cambio.- Heráclito
Visto desde el punto de vista de una mujer, aquí una breve explicación.
Estoy segura de que la gran mayoría de nosotras creció
escuchando a nuestros padres, tíos o hermano mayor, comentar sobre cómo debía
ser nuestro futuro pretendiente, y las características o gustos que no debían
tener. Así hayan sido peculiaridades negativas que ellos tuvieron en alguna
edad.
Vaya que se convierte en un compromiso escoger a el galán
que llevaremos de la mano. Los padres y la sociedad describen al estereotipo
ideal, como un hombre centrado, con metas establecidas, planes y que sea
respetuoso; esto sumado a las películas de Disney con las que crecimos, nos hace
idealizar a un hombre mágicamente caballeroso, respetuoso, amoroso, y con todo
su futuro perfectamente estructurado.
Mientras en casa nos dibujan esta bonita idea, cuando
estamos en el colegio el estómago se nos mueve solo por los "chicos
malos" esos que resultan llamativos y populares por hacer reír a todos,
decir cosas atrevidas que nos hacen sonrojar y además que bailen genial.
Los estereotipos de niños tranquilos.
Y educados, que se acercaban con mucho
respeto, y hablando despacio, eran los que más recibían rechazos.
Así vamos creciendo y nuestro prototipo de chico malo se va
modificando. Realmente el detalle no era el estar con chicos diferentes al
patrón establecido, sino que estando con ellos disfrutábamos un tiempo de su
rebeldía, pero luego terminábamos decepcionadas porque no resultaron como
quisimos.
La realidad es que sin querer ese modelo de hombre
establecido nos ha hecho esperar determinadas acciones o detalles que sencillamente
ellos no siempre están dispuestos a dar.
Así se nos van pasando los años, entre risas y desengaños
que nos ha llevado a inventar dichos como "todos los hombres están
cortados con la misma tijera" o que "hombre no es gente"
despecharnos y entristecernos, comentando que son unos perros después de
haberlos besado y demás.
¿Y de ser así por qué nos gustan los chicos malos?
Simple, nos encanta lo diferente, quien se muestra de manera
espontánea, sin aparentar nada, que sea impredecible y le dé a nuestra vida una
chispa y diversión pero con cierta estabilidad.
Implícitamente, buscamos a
alguien que tome un poco el control y nos distraiga de la independencia y
seguridad que vamos creando. Sí, porque con el tiempo las cosas han cambiado,
ya las mujeres no somos tan pasivas, sumisas y princesas.
Las películas de Disney también se han modernizado, ahora
figuramos cómo heroínas, campeonas y no solo princesas cantarinas.
Igualmente, nosotras hemos tomado el rol de sentirnos guerreras imparables.
Esas mujeres
invencibles, fuertes que hasta pueden llegar a cambiar a ese chico malo, para
que siga siendo ese hombre, atrevido, pícaro, creativo, y que además se
mantenga fiel junto a nosotras "hasta que la muerte nos separe".
Así se van construyendo los desengaños y mi interrogante de
¿Dónde queda el qué sentirán y pensarán ellos de todas estas expectativas que
van bajo su responsabilidad?
¿Por qué hay tanta información que nos victimiza en las
redes sociales, y no hay algo que contraponga esta situación para entenderlos y
entendernos?
Los estándares nos hace exigirles acciones y pensamientos,
un patrón bien estructurado; que sean sentimentalmente fuertes. Razón por la
que deduzco que surgieron dichos como "quien entiende a las mujeres"
o "a qué mujer no le falta un tornillo" además se ríen contando
situaciones de nosotras y hasta llegan a burlarse de nuestro estado emocional
por nuestro período.
¿Es una lucha entre géneros?
Por ahora no se cómo sigamos evolucionando, todo va tan a
prisa que de momentos cuesta entendernos, vemos mucho contenido y tendencias en
redes sociales; yo la verdad decidí no idealizar más a ningún galán y aceptar
que me encantan los prototipos como Bad Bunny esperando vivir una aventura
hasta la otra vida...
Siempre creeré en el amor, en la convivencia y relaciones
duraderas con esa chispa que nos mueve a dar lo mejor por nosotras y ellos.
La
meta está en no hacer expectativas con estereotipos idealizados que no van a la
realidad.
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