Eran las siete de la noche, terminaba el turno y varios compañeros salíamos de la empresa, en esta ocasión salíamos del elevador un grupito de compañeras y yo. he de decir que en este trabajo son más mujeres que hombres.
Caminamos rumbo a la estación del metro, en medio del grupo
de chicas iba yo, escuchaba que platicaban de un compañero que las acosaba con
la mirada a cada momento que pasaban al baño, ya que el lugar del compañero se
encontraba cerca de ahí.
Las compañeras comentaban que sí ya se habían percatado de
las miradas lascivas del compañero, a lo que dijeron que sí, y que les
resultaba bastante molesto.
Seguíamos caminando faltaban varias calles para llegar a la
entrada del metro, mientras la conversación se ponía más interesante; una de
las compañeras comentaba que se le quedaba viendo el trasero cada vez que iba
al baño.
Otra compañera decía, ay sí; nada más se te queda viendo el
trasero, con una mirada pesada, es un morboso. Otras de igual manera, si, hasta
parece que te quiere desnudar con la mirada, es un fastidio. Comentaban.
Hasta ese momento las escuchaba con atención sin decir nada;
hasta que les dije, oh no compañeras, a veces yo también las miro, seguramente
piensan lo mismo de mí; su respuesta me sorprendió, una de ellas me dijo; ay
claro que no, contigo es muy diferente, tu mirada no se siente pesada como la
del compañero.
Estábamos cerca de entrar al metro, cuando una de ellas me
toma del brazo y me dice, para nada, tu mirada no es molesta, puedes seguir viendo,
pero nada de tocar eh. Todas se rieron.
Entramos al metro, y yo me quedo un poco atrás junto a la
compañera que me había tomado del brazo, le dije, oye ¿te puedo decir algo?
Claro dime, me responde con curiosidad. No le vayas a decir a nadie, pero la
que tiene el mejor trasero eres tú.
No digo que las compañeras estén mal, para nada, pero la
verdad es que ella era la que tenía el mejor trasero de todas las compañeras,
nalgas grandes y paraditas, vientre plano, de piel morena clara, cabello negro
y lacio, media como 1.60 de estatura, (yo mido 1.71), de cara muy bonita, un
cuerpo hermoso realmente. Usaba unos leggins de color gris oscuro de tela
gruesa y un abrigo gris pero más claro que sus leggins, abajo usaba una blusa
blanca, así la había visto durante el día.
Cuando le dije eso, se puso de mil colores, y me abrazo con
más fuerza del brazo, nos despedimos de las compañeras y cada quien tomo su
camino. Mientras esperábamos en el andén a que llegara el vagón, me pregunta:
¿Tienes hambre? Te invito a mi casa, está a 20 minutos de aquí.
Un poco sorprendido le dije, woow me gusta la idea. Llegamos
cerca de las ocho de la noche a su departamento, no era tan pequeño como yo pensaba,
tenía dos habitaciones, sala, cocina y dos baños, uno de ellos estaba en su habitación.
Vivía con una prima, la cual me había comentado que llegaría más tarde.
Ella se mete a la cocina que estaba a unos pasos de la sala,
me dice que si quiero usar el baño puedo pasar al que está en la sala, pasé y
me refresqué un poco, cuando salí, me ofrece un vaso de refresco, le doy un
sorbo, ella se acerca, roza mi mano, la que sostenía el vaso, lo toma y lo deja
sobre la mesa, se acerca más a mí y me da un beso, le correspondí con la misma
intensidad tomándola por la cintura. Sentí sus pezones erectos, eso me prendió.
Nos calentamos al instante con ese beso, nos seguimos
besando con todas las ganas que ya nos quemaba, bajé mis manos y sobre el
mallón acaricio sus grandes nalgas. La sensación era indescriptible, mi verga
empieza a despertar, queriendo salir del pantalón.
Mientras la seguía besando y manoseando sus nalgas, ella
sintió el bulto entre mis piernas, me dice enseguida que le baje el mallón, me
agacho frente a ella y quedo frente a su triangulito, acaricio su vagina sobre
la tela, provocándole una descarga electica, le bajo el mallón y dejo al
descubierto su ropa interior que era un cachetero de encaje color lila, y woow
me doy cuenta que ya estaba super mojada, mi verga se ponía más dura, le quito
el mallón junto al cachetero dejándola solo con la blusa blanca, se recarga
sobre la mesa, le separo un poco las piernas y le empiezo a chupar la vulva,
con un movimiento circular sobre su botoncito de placer.
Casi enseguida empieza a gemir muy rico, así estuve un buen
rato lamiendo y chupando su casita rica, tenía poco vello, sus labios pegaditos
y rosaditos, que se abrían cuando pasaba mi lengua húmeda sobre ellos, realmente
era hermosa.
Le doy la vuelta y empiezo a masajear y lamer sus hermosas
nalgas, las abro con mis pulgares y le paso la lengua desde sus labios hasta su
rico hoyito, ella gemía como loca. Me pongo de pie junto a ella de frente y le
digo, ya estabas mojadita muy mojadita, me dice con una voz cachonda, me empecé
a mojar cuando me dijiste que yo tenía el mejor trasero.
Luego de eso me dice, vamos a mi cama, camina hacia su habitacion y hace que voltee para ver cómo se mueven sus nalgas al caminar, eso
me puso mi pene más duro. Ya sentía mi bóxer húmedo.
Me detuve cerca de la cama, de un empujón sorpresivo me
avienta y caigo boca arriba sobre la cama, me llega un aroma a limpio. Ella con
cierta desesperación me desabotona el pantalón para quitármelo, me quita los
zapatos me saca los calcetines y me quita el pantalón, empieza a acariciar mi
verga que ya estaba bien parada bajo el bóxer, se sube a la cama y me lo quita
por completo y comienza a hacerme una mamada que me eriza la piel.
Le da unas lamidas y besitos tiernos a mi cabecita y pasa su
lengua a lo largo de mi tronco, llega a la base y vuelve a subir, acaricia mis
huevos como si de frutas se trataran, juega un poco con mi vello, nunca me ha
gustado depilarlo por completo, pero si dejarlo lo más corto posible, me dice
que le encana ver una verga así, con poco vello, para poder jugar con él.
Luego de esos jugueteos con mi verga, la toma con una mano y
la dirige a su boca, abriéndola y metiéndosela completa, hasta lo más profundo
de su garganta, estando con mi pene hasta adentro de su boca, me mira con esos
bellísimos ojos color negro. Provocándome el mayor placer que no había sentido
desde hace tiempo.
Termina de chuparla y yo me siento a la orilla de la cama,
se quita la blusa y me ofrece sus pechos, yo me quito la playera, toma mis
manos y las pone sobre sus pechos, para que las apriete, oh, que sensación más
increíble, eran medianas con una areola color café y unos pezones más claritos,
estaban duritos, los empiezo a acariciar y luego me los acerca para chuparlos, les
paso la lengua, ella deja escapar un gemido con suspiro increíble, que me pone
a mil.
Luego se pone de pie, se da la vuelta ofreciéndome su
hermoso culo, toma mi pene y la coloca en su entrada que estaba mojadisima.
Poco a poco mi verga empieza a entrar en su vagina húmeda y caliente.
La vista era maravillosa, ella dándose sentones en mi verga,
yo viendo esas nalgotas comérsela entrera, me puso más caliente, después de
estar así un rato, rebotando sus ricas nalgas.
Se detiene y se agacha para darme otra chupada, luego se
sube a la cama y se pone en cuatro, la vista de ese culo era más de lo que yo
podía esperar, ni en mis mejores sueños imagine vivir algo así.
Le doy una nalgada y grita de placer, luego me mojo dos
dedos con mi saliva y se los meto en su coñito, acariciando su clítoris con
movimientos circulares, ella sintió tan rico que su respiración se aceleró más
de lo que ya estaba.
Con los mismos dedos mojados por sus jugos, rodeo su culito,
provocándole un espasmo que disfruto mucho. Sin perder la posición, ella se da
la vuelta para tomar mi pene y masturbarlo un poco, para dirigirlo por fin a la
entrada de su cuñito, juego un poco mi cabecita con sus labios, y de repente me
dice con impaciencia, ¡métemela ya!
Le doy unas embestidas con fuerza, ella gemía y suspiraba
con una gran excitación, mis testiculos rebotaban en sus nalgas, sus nalgas chocaban
en mi vientre produciendo el clap, clap, clap... me fascino ver como mi pene
desaparecía por completo entre esas nalgas.
Luego se da la vuelta, se acuesta boca arriba a la orilla de
la cama, levanta las piernas y al mismo tiempo las abre y la empiezo a embestir
con más fuerza y rapidez, porque ya estaba a punto de reventar, ella me dice
vente en mi vientre, échame tu lechita caliente en mi pancita, de repente ella
arquea la espalda en un majestuoso orgasmo, yo termine échenselos en su
vientre, caímos agotados sobre la cama.
Cuando recuperamos el aliento, nos besamos apasionadamente, le
dije, puedo pasar a tu baño, dijo que si, me puse el bóxer, entre al baño y me
limpie ya que mi pene y testículos, estaban mojados por sus jugos.
De regreso a la habitación, veo que aun esta acostada y
desnuda, se limpiaba con una gran sonrisa en el rostro, me dice, me encanto
lo que hicimos, hace mucho que no cogía así de rico.
En seguida me dice, vamos a vestirnos, ya no tarda en llegar
mi prima, me vestí, y ella me dice, oye, ¿dónde dejaste mis calzones? Es que no
los veo, yo los había guardado en la bolsa de mi pantalón cuando se los quiere
en la sala, solo le dije: no se.
Ella dijo, bueno no importa me pondré los leggins sin
calzones, estoy a costumbrada, en ocasiones no me pongo nada de ropa interior,
sobre todo cuando uso leggins o jeans de tela gruesa. La vista de ese hermoso
culo, era realmente impresionante.
Ya vestidos me invito un café, que preparo en minutos,
estábamos sentados en la mesa del comedor, cuando en una esquina de la sala,
cerca de la puerta de entrada, vi una caja de plástico con juguetes, me levante
y tome un carrito, le pregunte que si tenía hijos, me dijo que si, que tenía un
niño de cinco años, pero que se lo había llevado su padre, para pasar tiempo
con él, hace cinco años me divorcie, no supe que decir.
Nos despedimos con un beso igual de apasionado, obviamente
no iba a dejar pasar la oportunidad de volver a tocar esas hermosas nalgas.
Sali de ahí, con una gran satisfacción en la cara, y como
no, si me cogió la compañera nalgona del trabajo.
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